Flor de Édalo
Flor de Édalo, la apuesta más fresca y arriesgada de las Bodegas Contreras Ruíz. Un vino joven 100% uva zalema, crecida en tierras de origen marino con alta salinidad, que sumadas a las condiciones climáticas de la zona, le dan un carácter único y fresco. La imagen de la Flor de Édalo es una composición de plantas de la sal, halófitas, que crecen de forma salvaje y natural en el entorno de Doñana.
Cliente
Contreras Ruiz
Categorías
Diseño gráfico, ilustración & packaging
Equipo
G. Barrero, N. Agalia. Fotografía: David Eiem
Premios
Nominación German Design Awards
Encargo
Conscientes de los nuevos modelos de consumo, las bodegas amplían su oferta de vinos, incluyendo un vino blanco joven, fresco y muy fácil de beber, ideal para las altas temperaturas.
Contreras Ruíz deseaba transmitir el carácter vital, natural y fresco de este vino, evidenciando su relación con la familia Édalo.
La firma además apuesta por la preservación del entorno con la certificación ecológica en la que se hayan inmersos y que abandera Flor de Édalo como vino creado en la Reserva de la Biosfera de Doñana.
El encargo nos exigía plasmar: frescura, naturaleza, alegría, elegancia y juventud, conexión con Doñana y los vinos Édalo.
Concepto
Para el diseño de Flor de Édalo nos basamos en la profunda relación que une a las Bodegas y sus viñedos, con el entorno de Doñana.
Las tierras del viñedo donde nace concretamente Flor de Edalo son de origen marino y tienen una alta salinidad. Esta salinidad de la tierra unida a las condiciones climáticas de la zona le dan un carácter único a la uva de la que nace Flor de Édalo.
Con objeto de mantener la vinculación de la familia Édalo, se mantuvo la selección tipográfica mientras que para la imagen de la Flor se realizó una investigación de la flora de la zona, más concretamente de las plantas halófitas. Las halófitas o plantas de la sal crecen de forma salvaje y natural en Doñana.
Al detalle
Partiendo de la idea conceptual y tras investigar sobre la flora de la Reserva de Biosfera de Doñana, se diseñó la imagen de la Flor construyendo una composición de plantas halófitas. La ilustración resultante de la Flor de la sal alterna técnicas como el lápiz y la tinta china.
El estudio trabajó cada uno de los elementos de la botella para que el conjunto de elementos resultara atractivo y ligero al igual que el propio vino. Para crear una imagen equilibrada entre el contenido y el continente se utilizaron azules y el verde lima para dar color y frescura al sleeve blanco que viste toda la botella.
Por último se escogió el sistema de apertura de rosca, ideal para facilitar su consumo e indicado para vinos jóvenes que no necesitan madurar en botella.